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La lujuria te hace gastar mucho dinero

La lujuria no solo es el deseo excesivo de placer sexual.

También es exceso de algunas cosas, actualmente tenemos acceso a adquirir bienes y servicios con mucha facilidad y podemos terminar acumulando demasiadas cosas.

Con el desarrollo de internet estamos expuestos a una sociedad globalizada que premia el consumismo, tanto que puede llegar a ser lujurioso.

Cuando pienso en esto siempre me planteo la misma pregunta ¿Disfruto las cosas que tengo? ¿Si tuviera más cosas sería más feliz?

Llevo años controlando mis finanzas personales, pero hará como 5 años que me planteo antes de comprar cualquier cosa si me suma o me resta.

Igual que las empresas estudian nuestro comportamiento para facilitar que compremos más, tú te puedes defender de esta facilidad.

Te voy poner un ejemplo, ahora cada vez más empresas aceptan bizum, se acabó estar comprando algo con tu móvil y levantarte a por tu tarjeta, simplemente pones tu número de teléfono y realizas la compra.

Puede parecer un cambio insignificante, pero quitan una barrera a la hora de hacer la compra, por lo tanto, es más fácil que compres.

Te voy a dar tres ideas para que puedes usar de filtro y distinguir si es una compra necesaria o impulsiva.

Calcula cuánto vale tu hora de trabajo.

¿Para qué?

Las cosas que compras no se pagan con dinero se pagan con el tiempo que quitas de tu vida para trabajar.

Lo que compras lo pagas con tu vida.

Básicamente suma tus ingresos netos y divídelos entre las horas que trabajas de esta forma sabrás cuantas horas tienes que invertir para comprar ese bien o servicio.

Verlo desde esta perspectiva además de tener un presupuesto claro y definido me ayuda a no llenar mi vida con cosas que de verdad no quiero.

Si sabes si te cuesta controlarte póntelo difícil.

Borra tus medios de pago de todas las aplicaciones, porque si te tienes que levantar a por la cartera y estás comprando por pasar el tiempo no te vas a levantar.

Si quieres hacer una compra deja que pasen 48 horas y de esta forma estas enfriando el impulso. Si cuando pase el plazo todavía lo quieres adelante haz la compra.

Seguro que de esta forma evitarás muchas compras impulsivas.

En resumen, piensa si de verdad lo necesitas y si te cuesta controlarte ponte las cosas difíciles para no hacer una compra que no necesitas y las vas a pagar con tu vida.