Estaba tomando una café en la cocina de casa.
Al ser sábado me gusta empezar el día más tranquilo que de costumbre.
Estaba leyendo un libro (Las trampas del deseo-Dan Ariely), hablaban de la honestidad.
Hacían un experimento a 3 grupos, al primero no se le da la opción de hacer trampas, al segundo se les da la opción de hacerlas pero se los descubriría de forma fácil y el tercero puede hacer trampas pero sin dejar rastro.
Les pagaban dinero por cada respuesta correcta.
Los resultados.
Independientemente de la facilidad para hacer trampas, el porcentaje de tramposos era casi igual en el segundo y el tercer grupo.
Concluyeron que el riesgo a que te pillen es un factor que no tenemos en cuenta a la hora de la hacer trampas.
Decidieron ir más allá.
Se acordaron de la religión, la mayoría de los participantes eran de confesión católica y no todos eran practicantes.
Repitieron el experimento, pero antes evocaban los mandamientos. Evocar quiere decir que antes de repartir las pruebas les pedían a los participante que recordarán los mandamientos.
Unos se acordarían de todos, otros de algunos y otros de ninguno.
El resultado fue increíble, los tramposos prácticamente desaparecieron.
En tus finanzas personales pasa exactamente lo mismo.
Es muy importante seas honesto contigo mismo y pongas consciencia a como gastas el dinero.
Todos pensamos que gastamos menos de lo que de verdad hacemos, para evitar caer en las trampas mentales que nos ponemos, es muy importante que pongas consciencia.
Para poder poner esta consciencia lo más útil es tener un registro de ingresos y gastos, donde se queda todo contabilizado y poco a poco te vas a dar cuenta de forma clara de tu patrón de como gastas del dinero.
Tener claro lo que es importante para ti cambia tu relación con el dinero.
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