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¿Cómo llegar a fin de mes?

Abro la puerta de casa son la ocho de la tarde de un miércoles, entro con un sobre en la mano, lo dejo en la entrada y me quito el abrigo.

Vuelvo a mirar el sobre y veo el logo de la compañia del gas y la luz, ya sé que lo que contiene no es nada bueno.

Respiro profuendamente y mi frente se empiza a humedecer con sudor frío, siempre que me enfrento a esta situación me pasa lo mismo, los nervios se agarran a mi estómago y mi corazón se acelera cada vez más. Despego la solapa del sobre y cojo fuerzas para sacar el documento.

Un momento antes de desplegar el papel, mi mente no para de preguntarse ¿Cómo voy a conseguir el dinero para pagar la factura de la luz más alta del año? el miedo me invade, pero quiero acabar ya con la angustia de la duda, mi vista recorre el papel de arriba abajo hasta que choca con la temida cifra de 451,65 euros.

Siento una impotencia que me invade, estoy todo el día trabajando muy duro y no tengo ni un solo euro ahorrado. ¿Dónde narices se ha ido mi dinero?

Me derrumbo en el sofá, sé perfectamente lo que viene a continuación, tengo que buscar un préstamo o una tarjeta para poder pagarlo, me enfrento a días de mucho estrés e insomnio que acabarán como lo hacen siempre pagando mucho más dinero porque las financiaciones son muy caras.

Empiezo a pensar en qué momento de mi vida pasada todo se empezó a torcer para encontrarme en esta situación.

Soy consciente de que he ganado dinero porque tengo un trabajo fijo, no un sueldo exagerado, pero si lo suficiente para vivir tranquilo y no pasar por estos apuros económicos.

Siempre ando igual uso una tarjeta de crédito que luego cubro con la paga extra, parece que tengo un mal de ojo del cual no puedo librarme.

Tomo una decisión muy firme no voy a volver a pasar por esta situación, pero como me pasa siempre es que no sé qué pasos seguir para conseguirlo. Me pongo a buscar por internet y encuentro muchísima información que lo único que hace es confundirme mucho más de lo que estoy.

Estoy muy cansado y con le tensión que me ha producido recibir la factura de luz decido irme a la cama, pero no paro de dar vueltas a una de las ideas que he aprendido sobre finanzas personales en internet, el dinero no es ni bueno ni malo simplemente es una herramienta que nadie me ha enseñado a utilizar.

Me despierto y me voy al trabajo, me monto en el autobús y tengo la mente en blanco, pero de repente el autobús frena de forma brusca y como si fuera una revelación divina encuentro la solución para mi situación económica, si nadie me ha enseñado a manejar el dinero la solución es aprender cómo administrar el dinero.

Me da mucha vergüenza reconocer que tengo problemas con el dinero y no quiero ahora mismo pasar por renunciar a cosas, me da la sensación que es como ponerse a dieta y no voy a poder comer cosas sabrosas durante mucho tiempo.

Pasan varios días y no sé muy bien que dirección tomar, en mi perfil de Facebook aparece una publicación que dice lo siguiente “El mejor momento para plantar un árbol fue hace veinte años. El segundo mejor momento es ahora”.

Esta idea me da la suficiente fuerza para darme cuenta que los errores del pasado están allí y que ahora puedo comenzar a hacer algo.

Los días siguientes en el trabajo se me acerca un compañero que está a punto de jubilarse y me pregunta si me ocurre algo, porque me ha visto triste estos días.

No tengo mucha relación con él, pero siempre le he visto como una buena persona. No soy de abrirme mucho con la gente para ciertos temas, pero como me encuentro tan mal decido explicarle lo que me ocurre con el dinero.

Me mira fijamente y me dice, te felicito por ser tan valiente de reconocer que tienes un problema, yo he estado en la misma situación que tú y te voy a enseñar que tienes que hacer para salir de esa situación.

Se levanta y cuando está a punto de salir por la puerta se gira y me dice mañana nos vemos a las 20:00 en tu casa, pero solo te pido una cosa que pongas en práctica todo lo que voy enseñar.

Me contagia su energía y le digo que estoy dispuesto a aplicar todo lo que me enseñe.

Al día siguiente nos vemos en mi casa, lo primero que me dijo es que no me tenía que sentir mal, que la situación a la que había llegado era porque nadie me había enseñado y eso confirmó la idea que había pensado días atrás.

Más tarde me contó la clave para aprender a manejar mi dinero y es algo tan fácil que me costó creerlo, me dijo que lo que tenía que hacer es un presupuesto y que con los pasos adecuados el dinero pasaría a ser mi aliado, en vez de mi enemigo.

Me explicó que presupuestar me iba a ayudar a conocer las cosas importantes para mí, mis preocupaciones por el dinero iban a desaparecer, los imprevistos se transformarán en algo anecdótico, iba a empezar a ahorrar dinero y eliminaría mis deudas.

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